Chica de Tapa

El domingo pasado salió una nota sobre los nómadas digitales en la Revista Viva de Clarín. Yo había respondido las preguntas hace un par de meses mientras estaba en Kuala Lumpur y publiqué un post hace un par de semanas compartiendo los sentimientos encontrados que me generó se entrevistada por el gran diario Argentino. Sabía que la nota salía el domingo porque la periodista me había avisado por correo. Lo que ni sabía ni me esperaba es que fuera la nota de tapa; y muchísimo menos, ser la chica de la tapa yo.

Flashback

Ya había leído y compartido la versión digital de la nota cuando me llegó una notificación de IG: alguien me había etiquetado en una story. Apreté el vínculo para verla y me encontré con la tapa de la revista en la que estaba mi selfie 360 de la terraza del Regalia Suites, en Kuala Lumpur. Así me enteré. Después siguieron más fotos por Whatsapp, audios de familiares emocionados y frases cálidas de personas de todos los momentos y rincones de mi vida. Yo ya estaba contenta porque el contenido de la nota era adecuado y no falseaba nada pero de repente les nómadas éramos tapa y yo nos representaba mojada y soleada en mi tiny planet asiático de un par de meses atrás. Mi alegría crecía, mientras venían cañas a la mesa y una mezcla de amigos de Pasku y míos nos rejuntábamos en el bar un domingo frío en Barcelona. Entre risas y bochinche de bar animado intentaba explicarles qué es la Viva (muchos conocían Clarín) y por qué no paraba de vibrar mi celular. Entonces, súbitamente, me acordé: no era la primera vez que salía en la tapa de Viva. La primera vez fue hace más de 13 años, alrededor del estreno mundial de Fuerzabruta en Buenos Aires (2005). En aquélla; Nicole Neumann ocupaba la mayoría de la tapa y mis compañeras de Fuerzabruta y yo aparecíamos jugando en el mylar durante un ensayo. Nicole y nosotras estábamos en el agua con ropa que la humedad volvía translúcida. Ella se representaba a sí misma y a la sensualidad estereotipada y nosotras a Fuerzabruta y el teatro de alto impacto sensorial. A mí se me ve un poco más porque estoy de frente a cámara, sonriente y firme en el aire justo antes de golpear el mylar con todo mi cuerpo y la fuerza de mi agresiva y joven alegría. Hay asociaciones que nuestra memoria hace sin esfuerzo ni voluntad. Muchos, entre los que me cuento, las encontramos cautivantes aunque no seamos místicos ni creamos en la astrología. Revista Viva 2005. Revista Viva 2018. Agua. Poca Ropa. Tapa. Mujeres. Yo. Teatro con el corazón en la boca. Yo. Vivir en modo Remoto.

En construcción

Las coincidencias captan mi atención y me llevan a construir sentido. Digo construir, claro, porque soy consciente de que el sentido no estaba en ningún lado como para buscarlo- más que acaso dentro de mí que ahora me esfuerzo por ponerlo en palabras. Volvía a poner las tapas una al lado de la otra en mi cabeza. Volvía a contrastar esos dos momentos tan distintos de mi vida. Le escribí a mi papá pidiéndole que buscara la revista de 2005, todavía me acordaba de dónde la había guardado. Pero nunca me hubiera imaginado que la había guardado para este post.

  • Mi papá me mandó la Tapa de 2005 junto con otra que encontró en la misma carpeta y aporta una nueva casualidad a mi afán de construir sentido. En la revista pymes publicaron una foto mía haciendo una de mis partes favoritas del mylar de Fuerzabruta. Los motores dejaban de inclinar la pileta y el charco se rearmaba en el centro. Un foco blanco se encendía sobre el charco y yo caminaba hasta él, me agachaba y le hablaba al público al otro lado de mi suelo, su techo, el mylar metiendo mi cara en el agua y largando burbujitas. Hablaba palabras secretas. Alguno jugaría a leerme los labios y yo disfrutaría de mis íntimas palabras tan expuestas y tan secretas a la vez. Intimidad en plena exposición. Nadie me decía qué decir y yo disfrutaba de esa pequeña libertad bellamente puesta en escena.
  • El titular decía: “De la vocación al negocio propio”. Al encontrar la revista, mi papá le sacó foto porque le pareció muy pertinente. Ese titular tiene más sentido re-contextualizado a mi presente del que tenía en la tapa original. El sueño del nómada digital es ante todo de libertad y autonomía. Yo no sé si tengo un negocio tal como lo entendemos en castellano. Pero en inglés, business quiere decir tanto negocio como asunto. Mi modo de generar dinero online no sólo me alcanza para vivir sino que me deja tiempo para mis otros asuntos – los que no dan dinero. Y está bien que no lo den. Vivir no puede ser sólo generar dinero. Tiene que haber espacio en la vida para otros asuntos. Crecí con muchas vocaciones: que la danza, que la música, que la foto, que el cine. Me costaba decidirme. Con los años he comprendido que todas aspiran al milagro de la comunicación a través de las emociones y que la libertad era otro aspecto más que persistente de mi carácter que enlazaba todas las actividades a las que me entregaba. En 2005 salí en la tapa de viva como parte de un elenco. Fue, probablemente, lo más cerca que estuve de ser empleada de alguien y por suerte y por desgracia me enseñó rápidamente y sin anestesia los muchos pormenores que ser empleada puede tener. En 2018 volví a salir en la tapa de revista Viva porque me resistí a conformarme y porque también armé red solidaria con otros con los que tenemos ciertas elecciones (difíciles, costosas, radicales) en común. Otros de ellos le dieron mi nombre a la periodista y alguien en la redacción decidió que mi selfie tiny planet con los ojos cerrados y cara de alegría era la mejor foto para ilustrar la nota. Otra vez en el agua. Otra vez expuesta pero libre. Mis elecciones, algunas duras, festejadas; señaladas por excepcionales pero posibles, exhibidas para inquietar a otros. ¿Qué paso en estos 13 años? Una mezcla de obstinación, adaptación y suerte me llevaron a crecer en este rumbo. Sí que da gusto saber que puede ser interesante, saber que otros pueden querer algo parecido. Descubrir que al final no estaba tan loca o que, al menos; no estoy sola en esa locura.