Voces de Tiquicia∗

Una de las cosas que me encanta de viajar es escuchar y aprender las maneras de decir de la gente en cada sitio. Es hermoso comprobar que el estofado colectivo de la comunicación está vivo y en permanente ebullición. Me fascina descubrir los aspectos de la historia y geografía que se inscriben en las expresiones de cada región. Digo región porque dentro de un territorio político coexisten y charlan distintos pachucos (palabra tico para lunfardo, slang) de acuerdo a cómo la historia y geografía hayan influido en las comunicaciones y afinidades de la gente; más allá de las divisiones políticas vigentes.

La influencia gringa y la presencia del inglés son impresionantes. Pero no todo se debe a la llegada de los que compran tierras y montan negocios de turismo a lo largo y ancho de Costa Rica, invitando a sus compatriotas a llegar a consumir y a los locales que  les venden y atienden, a entenderlos lo más posible. Esta relación no es recíproca: es muy común cruzarse con gringos que viven en Tiquicia hace años y hablan un español pobrísimo. De estas relaciones bilaterales asimétricas nacieron palabras castellanizadas sumamente simpáticas. “Tuanis”, castellanización tica del inglés “too nice”, se usa como adjetivo positivo para calificar algo como bastante bueno, bonito. “Moncha”, del famoso “munchi’s” se le llama al bajón, al hambre, y como consecuencia a comer se le dice “monchar”. “Pegar chaini” es ponerse coqueto o embellecer un objeto. ¿De dónde vendrá?, “Shiny” significa brillante en inglés.

Además de las castellanizaciones graciosas, hay varias expresiones que me parecieron poéticas y dulces. Luis, un chico de Roque Pérez, una ciudad de montaña; me contó que ellos tienen una expresión para los rayos del sol anaranjados que se dejan ver todavía en los picos cuando en el valle ya está oscuro. Le llaman “sol de mono”. Estábamos charlando en Dominical, junto al mar, y me aclaró que eso la gente de la playa no lo usa.

Una de las primeras expresiones que se me pegaron fue “A cachete”. Viene de “a cachete lleno” y se refiere a estar chocho, satisfecho, a gusto. Por extensión ahora se usa para describir el estado de cualquier cosa que está muy bien. Creo que la adopté con tanta naturalidad porque apenas llegué a Costa Rica empecé a sentirme así: a cachete. Además me gusta la palabra cachete, y su relación con la comida (ahora sutil, porque la expresión se simplificó y le quitaron el “lleno”) y la que se me arma a mí con la sonrisa: son los cachetes los que le regalan a la boca el privilegio de sonreír. Cuando me río mucho puedo sentir la feliz fatiga de mis cachetes. En la misma línea que ésta, tenemos la expresión “chinear” que se refiere a dar gustos, mimar, complacer, malcriar. Al parecer esta palabra viene de Nicaragua y antes del quichua, idioma en que la palabra “chinar” significa sostener un niño en brazos. Mi primer mes en Costa Rica lo pasé toda chineada por lxs amigxs que me fue regalando el camino.

Hay mucho más, por supuesto. Los rulos son “colochos”, los caños de escape “muflas”, los lugares populares para comer “sodas”, la casa el “chante” y una persona atenta y activa es “pellizcada”.

Me guardé lo más lindo y cotidiano para el final. En Costa Rica, si uno dice “gracias”, le responden:”con gusto” o “con mucho gusto”. Eso es quizás incluso más bonito que el famoso “pura vida” sobre el que ya escribí. Me lo copié y me lo llevo conmigo a donde vaya, porque me parece mucho más dulce y cercano a lo que quiero comunicarle a otrx cuando le hago un favor, lo chineo, o lo tengo a cachete.

∗A los costarricenses se los conoce como “ticos”, Tiquicia es entonces la tierra de los ticos, una manera de llamar al país muy usada por ellxs mismxs.