A modo de despedida

En estos días charlando con varixs amigues llegábamos a la conclusión que la decisión del viaje, la determinación de tomar distancia, de salir de la zona de comfort y los preparativos hacen que el viaje empiece mucho antes de salir.

A modo de despedida:

pedaleo a deshoras,
bailo de más,
visito amigos desperdigadxs por el conurbano cada fin de semana.

A modo de despedida
festejo garúas que hubiera despreciado,
disfruto recorridos pedaleables a los que estoy acostumbrada, pero desnaturalizo su lugar en mi vida gracias a la inminente pérdida de esa fantasiosa solidez que es el cotidiano.

No sólo porque me voy de viaje, sino porque este viaje también es la antesala de una mudanza.
Una mudanza en varios movimientos.
Mudanza en cuotas.
Primero alejarme, tomar distancia, desmantelar. No puedo hacer todo de una, des-mantelar y ya estar mantelando en algún otro lado.
Primero un poco de wanderlust, un poco de vagabundear lento y a tientas. Bajar la cantidad de estímulos, escuchar el deseo que aparece en el desierto, o en este caso, en la playa (esperemos)

A modo de despedida armo un blog
le escribo odas a la vida que tuve y a la chica que fui

Colecciono indicios de una nueva piel
que aún no conozco pero ya gesto
De qué color será, cuál será su textura
A duras (y suaves) penas me aproximo a la persona en la que me convertiré.

Es una fiesta. Es un funeral.
Es una muerte, y un nacimiento.
Me da mucho miedo, y mucha fuerza.
Me despido. Y me bienvengo.