Pasé casi una semana en Jacó disfrutando de Amelia y nuestras largas conversaciones. Varios días nos tocó ver la lluvia por la ventana y pedalear bajo la garúa llevando la ropa a la lavandería porque era imposible que se secara en ningún otro sitio. Otros días salió el sol y nos dedicamos a caminar por la playa y saludar tucanes …