El agua no tan fría se hizo esperar, pero ni bien llegó, empezó un verano hermoso para mí en Ibiraquera, lleno de coisa boa.
Brasil me fue regalando días de más acción que palabras. Aunque también me fui encontrando con palabras nuevas, aprender a habitar un idioma, a pronunciar consonantes que suenan diferente, a encontrar mi jeito de falar.
Muchas olas, muchas horas de edición y como 4 mudanzas dentro del pueblo.( #gentrificacion de verano.)
También empecé a grabar una videocanción nueva que todavía no terminé. La foto es de ese día, al ladito de la lagoa de ibiraquera.
Las cosas buenas pasan rápido y dejan muchas fotos. Así fue el primer verão de mi vida: con menos palabras que agua, fotos y acción.
Las palabras llegarían con el tiempo. Al final, aprender un tercer idioma no es algo que se logre en apenas um verão.
Ventanas y platos
Ventanas y platos de mi primer verano en Brasil. Como se ve, el lujo va siempre destinado a quien lo merece: la panza.
Del mar a la mesa
Un día, Rodrigo – mi vecino chef y compañero de surf de mi primer verano brasileño – dijo que quería ir a pegar marisco.
Ese día saqué todas estas fotos y nos comimos la ensalada de mejillones de la última foto.
En la orilla
Cuando me quedaba en la orilla era jugando con Aylin o sacando fotos para la escuela de surf de Luz.
Regalos de la permanencia
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Ver crecer un árbol
Creerme que sé algo
Conocer la hora
En que saldrán las olas
Aburrirme un poco
Ser costumbre de otro
Regalos de la permanencia
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Extender los días
Los días pasaban volando. Olas, comida deliciosa, visitas familiares, mudanzas, trabajo.
Prestarle atención al viento. Esconderse los mediodías soleados. Cada tanto darme el lujo de clavarme un açaí en la playa.
Usar el auto, romper el auto, arreglar el auto. Aguantar sin auto mientras está en el taller.
Mirar crudo con el ventilador apuntando directo a la cara, refrescarme en la lagoa, guardar la hamaca justo antes de que se largue a llover.
Los días pasaban rápido y, por eso, yo ya estaba en campaña para poder extenderlos tanto como quisiera: hacerme la residencia.
