Después del eclipse, pasé fugazmente por Buenos Aires y compartí algunos días con amigos y familia y volví a Brasil tan rápido como pude.
Sentía que me escapaba de mi país. El miedo era que volvieran a cerrar las fronteras y quedar atrapada de nuevo. Este apuro no estuvo hecho de la misma impaciencia que puede traer el deseo y, por eso, fue un poco triste.
Ni bien llegué me propuse re conectar con mis cosas, esas que nadie demanda ni premia, esas que hago porque sí, porque se me ocurren.
Lo primero fue al llegar fue el abracito enorme de Aylin, después festejar año nuevo para empezar el 2021 surfeando en agua muy fría.
“Está bien Brasil, creo que puedo quedarme atrapada en vos” empecé a pensar…